Reditio se presentan con un debut homónimo suficiente

Reditio se presentan con un debut homónimo suficiente

Escrito por: Francisco Reina   @AltFloyd    1 diciembre 2014     3 minutos

Desde Pamplona nos llega un disco debut enmarcado dentro de los géneros hard rock y heavy metal. Se trata del primer larga duración de Reditio, del mismo nombre. Ha sido editado por la discográfica Maldito Digital, y vio la luz este mismo ‘curso’.

Reditio, nombre proveniente del latín, significa «retorno», pese a que los seis integrantes de esta formación sean primerizos bajo esa denominación. Para su primer trabajo de estudio han contado con la colaboración de un grande de la música nacional. Hablamos, ni más ni menos, que de Brigi Duke, quien fuese vocalista y guitarrista de Koma.

El artista, que en éstos momentos ocupa su tiempo a las baquetas de la banda de El Drogas tras su salida de Barricada, se ha encargado en esta ocasión de casi todo tras la mesa de sonido: grabación, mezcla, masterización e incluso producción, en los estudios SexToBe.

Brigi Duke, ex cantante de Koma, se encarga de la producciónLa primera criatura ideada por Reditio es un compendio de cortes con taras pero disfrutable, sobre todo una vez que interiorizamos el peculiar tono que el vocalista imprime a cada pista. Recuerda en cierto modo a Morti durante su paso por Skizoo, pero con una evidente falta de pulido y un abuso de la dejadez en los finales de cada verso.

Imanol Valverde fuerza demasiado, encorseta su papel en las labores vocales, lo que en última instancia produce un efecto de pérdida de originalidad. El ejemplo a seguir en éste aspecto sería la canción Dulce Cristina, con un espíritu más melódico que permite mayor libertad para que la voz ‘juegue’ con sus propias oportunidades.

Otro punto flaco son las letras, en especial en aquellos cortes más reivindicativos y sociales. Aquí se ven faltos de creatividad, los versos parecen haber sido escritos de forma apresurada. Se necesitaría una vuelta para redondear el mensaje y no caer en clichés manidos lanzados sin ningún decoro contra quien escucha.

No sucede así sin embargo en los tracks más sentimentales o emotivos (vale: usemos el adjetivo «personales» si se quiere). Aquí la pluma da más vueltas, vuela más alto y ofrece un resultado más aceptable, más profundo en sus propias posibilidades. No significa esto que Reditio deba lanzarse a lo melódico o a las baladas, pero sí debería analizar qué funciona en unas partes del disco y qué le falta a otras para crecer como músicos y ofrecer lo mejor de sí mismos.

Supone una buena base desde la que crecerPasemos a canciones concretas. Recomendaría Los restos de la verdad por su grandilocuencia y por tener cierto punto pretencioso en el buen sentido del término. Aquí batería y guitarras se abrazan con más mimo que en los minutos precedentes. Resurrección, al igual que la mencionada Dulce Cristina, reafirma el hecho de que Reditio puede ofrecer más si no se focaliza tanto en su innegable ardor de luchadores.

Destino cuenta con un original juego de riffs, mientras que Entra en la oscuridad llama la atención por su inicio. Héroe tiene cierto punto alternativo en lo musical en relación al resto del álbum, una suerte de encanto propio en las labores de instrumentalización.

En definitiva, el álbum debut homónimo de Reditio supone una buena base desde la que crecer. Es un disco cuyo sonido debe atraerte desde la primera escucha. El trabajo se despliega sobre sí mismo conforme avanza, va aportando matices que lo hacen crecer, pese a que sus altibajos sean patentes. El punto negativo es que toda base es eso, un punto desde el que despegar hacia rutas desconocidas: el grupo puede llegar a crear composiciones más completas en el futuro si pulen los aspectos arriba reseñados, y añaden más variedad tanto sonora como en la forma en que afrontan la parte oral del mensaje.


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