David Bowie y su calvario durante la gira y grabación de Diamond Dogs

David Bowie y su calvario durante la gira y grabación de Diamond Dogs

Escrito por: David López   @FyDescritura    5 junio 2024     5 minutos

David Bowie terminó de grabar Diamond Dogs, salió de gira y todo fue un estrepitoso fracaso. Recordamos por qué.

David Bowie terminó de grabar Diamond Dogs, salió de gira y todo fue un estrepitoso fracaso. Recordamos por qué.

Moonage Daydream David Bowie

El disco se editó en el verano de 1974 y Bowie se adaptaba en su sonido al glam rock que imperaba por la época. El álbum alcanzó el número 1 en el Reino Unido y el número cinco en Estados Unidos, pero la crítica lo vapuleó. En NME se publicó una reseña que decía «un trabajo grandioso, muy bien, pero ¿era necesario?». Afortunadamente, los críticos de NME terminaron incluyendo el disco entre los 500 álbumes más importantes de la historia.

Para muchos conocedores de la obra de Bowie es como si el disco no existiera y se considera un trabajo de transición que supuso el final de su etapa glam y el comienzo de la etapa que inauguró su siguiente disco Young Americans.

Bowie tenía claras las limitaciones del disco, «no era un disco conceptual» le decía a Robert Hilburn en septiembre del 74. «Era una mezcla de cosas y no tenía un grupo. De ahí venía la tensión. No podía creerme que lo había terminado. Lo hice en solitario y no quería volver a pasar por algo así. Fue aterrador hacer un disco sin apoyos. Fue mi disco más complicado y fue un alivio que saliera tan bien».

Tras haber disuelto Spiders from Mars en directo en el Hammersmith Odeon en julio de 1973, Bowie tenía que encontrar a un guitarrista que tuviera la misma calidad que Mick Ronson. Apostó por tocar la guitarra él mismo. En 1997 dijo que «sabía que no era suficiente con tocar la guitarra más o menos bien. Me pasé dos meses en el estudio y fue la única vez en la que ensayé duro para aprenderme el repertorio que iba a grabar. Tocaba dos horas al día».

Tras echar a Ken Scott como productor, Bowie se dedicó a las labores de producción e incluso quiso grabar todos los instrumentos. Finalmente, llamó al bajista Herbie Flowers, al batería Tony Newman, al teclista Mike Garson y al percusionista Aysnley Dunbar que habían colaborado en anteriores trabajos con Bowie.

Bowie quería volver a narrar la historia de Ziggy Stardust y preparar un musical rock. También quería dirigir un musical basado en 1984, la obra de George Orwell, pero, como indicaba en 2008, «no pude conseguir los derechos. Había escrito tres o cuatro temas retomando la idea de Diamond Dogs: punks adolescentes que corrían sobre monopatines oxidados mientras vivían en los techos de Hunger City. El paisaje era apocalíptico».

Mientras Bowie grababa el disco en los Olympic Studios también los Stones le estaban dando forma a It´s only rock and roll. David estaba casado con Angela Barnett, conocida como Angie, y Mick Jagger con Bianca Jagger. La relación entre Mick y Angie terminó la canción homónima y en un trío entre Bowie, Jagger y Angie.

La gira de Diamond Dogs supuso un nuevo estándar para los montajes teatrales. Según Nicholas Pegg, cronista de Bowie, «el escenario estaba más elaborado que cualquier otro en la historia del rock. Costó un cuarto de millón de dólares. El decorado reflejaba el skyline de Hunger City, al lado había dos rascacielos de aluminio de gran tamaño que estaban unidos a un puente móvil que subía gracias a mecanismos diversos y a un primitivo programa informático. Todo se construyó desde cero».

El crítico de Melody Maker describió cada concierto como «una combinación de música contemporánea y teatro que está varios años por delante del futuro. Es un concepto totalmente nuevo en el teatro del rock y el espectáculo más original que jamás he visto».

Bowie afirmaba que «fue el primer show teatral de rock que tenía algo de sentido, pero me provocó diversos quebraderos de cabeza». La parte móvil del escenario impedía el mínimo fallo, ya que los músicos se jugaban la vida. Nick Russiyan fue el encargado del escenario y afirma que «David estaba en grave peligro y podría haberse electrocutado o haber muerto».

Los músicos de la gira fueron los guitarristas Carlos Alomar y Earl Slick, el propio Bowie tocaba distintos instrumentos y aquello no tenía demasiado sentido al haber una separación física y mental entre ambas partes. David reconocía que «el disco fue un obsesión de la que quise desprenderme. Nunca sonó bien en directo y nunca tocamos con la misma sensibilidad que se refleja en el disco».

Así, el artista tenía claro lo que iba a suceder. «Tiré el escenario y volví con un show totalmente distinto. Edité Young Americans y la gente pensaba que iba a verme en un escenario futurista. Llegaban al concierto y me veían sin decorado y cantando temas de soul».

Earl Slick reconoce que «fue un periodo extraño porque todo lo que David había hecho hasta la fecha explotó. Fue una explosión nuclear y comenzó la Bowiemania. Decidió abandonarlo todo y creo que el disco es de los más icónicos de su carrera, pero la gira no llegó ni a la costa oeste».

Jayne County añadía que «estaba claro que Bowie consumía coca, parecía un esqueleto y no dejaba de dar discursos sin sentido entre los temas. Se comportaba como un paranoico acusando a la gente de robarle las drogas».

Bowie reconocía en 2008 que «es un disco que me asustó porque estaba convirtiéndome en algo en lo que no creía. Lo peor era que fue algo sencillo. Es un periodo que puede considerarse como una extensión de Aladdin Sane, que, a su vez, era una extrapolación de Ziggy Stardust. Como persona, comencé a sentir claustrofobia y necesitaba cambiar. El disco provocó que enfermase, tanto físicamente como a nivel creativo, y mi vida era un drama».


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