‘Desértico’ de Berlina – Triangulación al post-rock, el ambient y el dream pop

‘Desértico’ de Berlina – Triangulación al post-rock, el ambient y el dream pop

Escrito por: Francisco Reina   @AltFloyd    9 julio 2016    2 minutos

Tras la edición de varios EPs el grupo Berlina se ha lanzado a primera liga con la publicación de Desértico, un compendio de 11 cortes y algo menos de una hora de duración grabado durante el verano de 2015 con Manuel Cabezalí de Havalina a la producción.

Este primer largo se abre con una introducción onírica para Futuro imperfecto, que deja entrever la baja definición y la ardua labor de post-producción que impregna el conjunto. Con la canción que da nombre al álbum sentimos el rock clásico como influencia al tiempo que disfrutamos de una composición con cuerpo. La instrumental destaca por lo trabajado de sus melodías.

Con Tu voz sumergida -corte que cuenta con su propio videoclip– gana presencia la voz sobre una pista parsimoniosa en que los instrumentos se responden con efectividad. Aquí comprendemos lo heterogéneo de las influencias de Berlina. Rock y post-rock, psicodelia, dream pop, ambient o space podrían ser estilos citados sin margen al error.

El propio disco Desértico luce variado a la par que integral, con propuestas algo más abiertas y alegres como Perdidos, la pegadiza #2 de dragones con su atractiva introducción o la más lenta e influenciada por las corrientes independientes Nada. Incluso hallamos guiños electrónicos en Lo que nos rodea tras dos minutos de instrumental pausada y meditabunda con Un viaje entre nubes rojas.

Para la estupenda Renacer el alma rockera de los componentes baila en nuestros altavoces sobre una pista luminosa en relación analógica. Berlina saca lo mejor de sí mismo cuando interpreta sin complejos, la mano libre para conformar sensaciones. Modelos y utopías lo prueba.

Tras una instrumental mutada en rock duro a mitad de track se cierra Desértico en Desde donde mira el sol. El plástico resulta recomendable no solo por una heterodoxia estilística que viaja del shoegaze al pop de matiz y de ahí al post-rock. También cierta experimentación vocal desarrollada entre cortes a modo de ejercicio de estilo (en presencia, enfrentamiento y base) o unos cuidados arreglos merecen nuestro elogio. El primer larga duración de Berlina supone una colección diversa en ritmos y sonoridades, un desierto placentero al que viajar y en que permanecer.

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