Fallece Roberto González, cantante de Tabletom
La muerte de Roberto González no se puede explicar con palabras. El tristemente fallecido cantante de Tabletom era posiblemente una de las mejores personas que uno se podía cruzar en su vida. Su bonhomía iba ligada a su talento, su característica voz a su personalidad, su leyenda a su incombustible figura.
Tras varios años al frente de grupos que tocaban en campings del Campo de Gibraltar, un mes en Banesto, décadas tocando en hoteles de la Costa del Sol y desde hace 35 años líder de Tabletom, Roberto se ha ido con la discrección que le caracterizaba en vida.
Al que calificaron una vez como «el barbero de Bob Dylan», el amigo de todos, el malagueño más universal del mundo, un bon vivant, una mezcla de Rockefeller de José Luis Moreno y de Cristo y varios calificativos más, ha aportado a la música malagueña muchísimas ideas y a la vida en general su genialidad.
Pocos como él en el mundo para hacer que el público saltara de sus asientos, su voz ronca, su barba, su personalidad y su forma de cantar le han hecho ya ser eterno. Discos como «La parte chunga», «Inoxidable» o «Mezclalina» demuestran que era un grande del rock.
Recordando sus palabras le decimos hasta luego al tío Roberto, «El día que yo me muera que me echen tres en uno porque yo me quiero ir sin hacer ruido ninguno». Se ha muerto un genio, Málaga brilla menos sin él. Larga vida a Roberto.