¿Fue el último disco de Hanoi Rocks la semilla de Appetite for destruction?

¿Fue el último disco de Hanoi Rocks la semilla de Appetite for destruction?

Escrito por: David López   @FyDescritura    17 abril 2024     3 minutos

Two steps from the move fue lo último de Hanoi Rocks, pero ¿se convirtió en la semilla de Appetite for destruction de Guns n' Roses?

Two steps from the move fue lo último de Hanoi Rocks, pero ¿se convirtió en la semilla de Appetite for destruction de Guns n’ Roses?

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Analizando el disco de las huestes de Michael Monroe no cabe duda. De hecho, el estribillo de «Underwater world» dice «welcome to the jungle, deep inside of me», pero más allá de esta inspiración hay mucha tela que cortar.

Hanoi Rocks se formaron cinco años antes en su Finlandia natal, pareció por un momento que lo tenían todo, sólo para que todo les fuera arrebatado en las circunstancias más crueles. Ellos también fueron bendecidos con un líder magnético (el abstemio Michael Monroe con sus pómulos de cristal tallado) y un guitarrista líder pionero Andy McCoy (que mezclaba el aspecto andrajoso de Izzy Stradlin con la interpretación de Slash).

Su activo comercial era la misma potente combinación de rock clásico y punk-glam. Cada uno de sus cuatro álbumes anteriores a Two Steps From The Move fracasó, aunque Back To Mystery City de 1983, realizado después de migrar a Londres, brilló como para conseguirles un contrato con el importante sello CBS.

Monroe, McCoy, su compañero guitarrista Nasty Suicide, el bajista Sam Yaffa y el baterista Razzle se trasladaron a Record Plant de Nueva York para grabar Two Steps From The Move. El resultado fue lo más similar a capturar la energía del grupo.

Aquí, por primera y única vez, se mostraron en todo su esplendor en tecnicolor. Cortes como «Boulevard Of Broken Dreams», «Don’t You Ever Leave Me» o el oscuro «Underwater World» les ayudaron a llegar a lo más alto del rock.

Además de la presencia de Ezrin en la sala de control, la letra de «I Can’t Get It» fue coescrita con Ian Hunter y el álbum comenzó con una versión fiel del estándar de la Creedence de John Fogerty, «Up Around The Bend». El primer sencillo, la canción de Fogerty, los llevó a la MTV. Andy Warhol acudió a su fiesta de presentación en Nueva York.

Cuando se embarcaron en su primera gira por Estados Unidos en el invierno de 1984, el impulso de Hanoi parecía imparable. Sin embargo, en un instante fue detenido en seco. En un concierto en Syracuse, Nueva York, el 29 de noviembre, Monroe resbaló en el escenario y se fracturó el tobillo. El resto de la banda se alojó en Los Ángeles mientras Monroe sanaba. Allí, el 8 de diciembre, decidieron fatídicamente salir de fiesta con Mötley Crüe. El cantante Vince Neil fue enviado a la licorería local en su Ford Pantera de 1972 para reponer sus existencias. Razzle los acompañó.

Neil había estado bebiendo demasiado como para estar al volante de un coche deportivo. El Pantera patinó en una zona mojada de la carretera y chocó de cabeza contra otro vehículo que se aproximaba. Neil escapó con pequeños cortes y magulladuras. Razzle no tuvo tanta suerte en el asiento del pasajero, ya que murió instantáneamente en la colisión. La voluntad y el espíritu de su banda murieron con él.

La leyenda de Hanoi Rocks comenzaba, la banda terminaba y los miembros de Guns n’ Roses, que todavía no se habían unido como tal, adoraban la obra de Monroe. Cuatro años después llegó la grabación de Appetite for destruction. Aparte de Thin Lizzy, a los que Axl idolatra, también Hanoi Rocks fueron esenciales para que el cantante se inspirase.

Por ello, Monroe colaboró tocando la armónica y el saxofón en «Bad obsession», de Use your illusion I, y cantando en «Ain´t it fun» de los Dead Boys, versión publicada en The spaghetti incident? . Axl le devolvió el favor cantando «Death, jail or rock and roll» en uno de los discos en solitario de Monroe. Sin duda, lo que Hanoi Rocks llevaron de Finlandia a Estados Unidos bien podría haber sido la semilla del sleazy o del rock de Los Angeles. Sea como sea, su discografía sigue siendo tan destacable como imprescindible.


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