Gorillaz: Plastic Beach y las medusas virtuales súper-rápidas

Gorillaz: Plastic Beach y las medusas virtuales súper-rápidas

Escrito por: Marc Martorell Ramis    15 marzo 2010     2 minutos

El 8 de marzo se puso a la venta al público el tercer trabajo de la banda virtual capitaneada por Damon Albarn (Blur) y dibujada por Jamie Hewlett. Después de Demon Days y el primer título homónimo, Albarn nos sitúa en una playa tóxica y corrosiva llena de beats y boats. Contrariamente a lo que opina el bueno de Daniel Oliver en su reseña del disco en Muzicalia, yo sí creo que la trayectoria musical de este autor nacido en Whitechapel (Londres) hace ahora 42 años es absolutamente genial.


Y es que no hay un LP de estudio de los Blur que no merezca la pena escuchar. De acuerdo, Parklife fue el más vendido, The Great Escape resulta comercial y 13 es una ida de olla considerable… Pero los siete álbumes son, a mi parecer y a pesar de todo, brillantes, talentosos. El homónimo Blur es quizás el más conocido y a la vez el mejor –¿Quién en este planeta no ha escuchado el himno mundial Song 2?. Pero dejando esta reflexión de lado, así como el proyecto en solitario The Good, the Bad and the Queen, la música de Mali y sus pinitos en la composición de ópera china en Monkey: Journey to the West, es el proyecto Gorillaz el que le ha colmado de mayores éxitos recientes, habiendo vendido más de 15 millones de discos a nivel mundial.

Anunció que Gorillaz no volverían a editar más discos. Y afortunadamente no ha sido así, y no solo eso: Plastic Beach es el mejor de estos monigotes con pintas de hipster y ganas de embrollos. El disco está casi tan plagado de colaboraciones como de canciones (16). Podemos vislumbrar en sus sonidos a, por ejemplo, Mark D. Smith (The Fall), o el inmortal Lou Reed. El estilo reinante es el hip-hop, pero caben todas las influencias posibles, pues salen de la cabeza de un hombre que ha absorbido la música de medio mundo. Y es que como escribe Daniel en su muy buen artículo:

Si los discos de Albarn tienen una característica constante es su capacidad para sorprender siempre, para explorar nuevas direcciones musicales digeridas con inteligencia e interpretadas de una manera más o menos brillante. Quizá sea esta la clave de la carrera de Gorillaz: en sus discos no existe el “corta y pega”, sino la capacidad de asimilar, comprender y entretejer influencias musicales de una amplitud a veces sorprendente.

Vía | Muzicalia


2 comentarios

  1. Dust to Dust dice:

    Gorillaz es Dios. The Prodigy es Diossssssssss

  2. Dust to Dust dice:

    Ojala pudiera ir al FIB. Regaladme una entrada…