‘Ke siga la fiesta’ de The Monos, estupenda mezcolanza musical desde Canarias

‘Ke siga la fiesta’ de The Monos, estupenda mezcolanza musical desde Canarias

Escrito por: Francisco Reina   @AltFloyd    2 noviembre 2014     2 minutos

Este disco sorprende, es engañoso. Lees su título y ves esa ‘k’, la palabra ‘fiesta’ por ahí en medio y piensas «ya tenemos aquí a otro grupo punk golpeando guitarras y baterías». Luego metes el CD, pulsas el play y te quedas en silencio. Y te gusta.

Lo primero que cabría comentar sobre éste Ke siga la fiesta (Maldito Digital, 2014), segundo álbum de estudio del grupo canario The Monos tras su debut homónimo, es que se basa en esencia en el ska rock nacional que imagináis, pero a partir de ese suelo despega hacia múltiples destinos.

La primera canción, Concejal, comienza con el tan manido «no nos representan» que popularizase el movimiento 15M, y lo siguiente que esperas es una voz áspera despotricando contra Rajoy, Cospedal y compañía. Y en cambio recibes una agradable dosis de ska rebajado, tranquilo incluso para la idea inicial con que afrontábamos el disco.

La crítica social está presente, por supuesto, al igual que en el segundo corte –Sal a bailar por ahí-, pero desde un enfoque positivo, de superación. Un punto a favor es que no todo el disco se monotematiza en torno a la crisis y todo lo que ésta acarrea, sino que queda tiempo para otras reflexiones como en la sentimental Mi inspiración de reminiscencia reggae (versión del track que cerraba su primer disco) o en Tango de mi libreta, ambas sobre el proceso creativo. La segunda, por cierto, bastante divertida desde su guiño al tango.

Y es que Ke siga la fiesta es un disco de mezclas y encuentros musicales, en el que The Monos no cesan de hacer referencia musical a estilos tan diversos como el rock en la canción que da nombre al álbum (casi podría bailarse prendido de la cintura de una pareja. Todo un acierto) o en El puente, la música latina en Cumbia-rock (¿a alguien más le recuerda a Los Rodríguez pasados por varios filtros?) o la ranchera en Revo-ranch. Este último tema no termina de quedar redondo, por cierto.

Esta mezcolanza estilística da forma a un disco ameno por lo variado, no tan apto para fiestas multitudinarias como para momentos de relativo relax. Las voces son aceptables, no tanto pendientes de rimar como de encajar bien sobre la melodía.

Todo esto se agradece e invita a seguir escuchando. A día de hoy resulta más llamativo y atractivo para buena parte del público un ska moderado y meditado que el ya más que quemado punk loco que trata de derribar una barrera que cayó hace décadas. En serio, dadle una escucha al nuevo disco de The Monos, creo que puede sorprender a más de uno en un sentido positivo.


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