Pablo Pérez-Mínguez cerró el objetivo de su cámara para siempre

Pablo Pérez-Mínguez cerró el objetivo de su cámara para siempre

Escrito por: Alarcon Project    3 diciembre 2012     2 minutos

Pablo Pérez-Mínguez, fue uno de los fotógrafos de la Movida madrileña y profesional de reputada trayectoria que nos abandonó hace unos días.

Por desgracia, este personaje que tanto apoyó el movimiento cultural en Madrid, se suma así a la lista, que comienza a ser larga, de personalidades insignes de una época en la que casi todo valía.

Con su objetivo fue un auténtico reportero de lo que sucedía en el meollo del asunto, teniendo la fortuna de atrapar a miembros ilustres de un movimiento cultural de libertades nunca conocidas hasta el momento. No se van a volver a dar esas condiciones, que sirvieron de caldo de cultivo a una generación que buscaba, tras décadas consecutivas de estar perdidos. Como una de esas expresiones, Pérez-Mínguez Poch, además de ser cofundador de revistas como Nueva Lente (1971), promovió proyectos como el Photocentro o el Fotomuseo, que fueron edificios dedicados a la fotografía tan escasos en aquellos entonces. Su vinculación y compromiso con la Movida fue temprana y duradera, hasta el punto en que en su estudio se realizaron, por ejemplo, escenas de la película de Pedro Almodóvar Laberinto de pasiones, pero su especial manera de retratar a los protagonistas de la época lo caracterizó, llevándole a realizar famosas exposiciones como Vírgenes y Mártires, en 1983.

Fiel defensor de lo ya hecho, se nos va otro representante de aquello que, hace más de treinta años, marcó un cambio radical en la forma de pensar y de ver las cosas. De entre todas las maneras en las que se podía comunicar, la fotografía de Pablo Pérez-Mínguez fue testigo de una época que no volverá. Como él.

Vía | Abrete de Orejas


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