Era sólo cuestión de tiempo. Después de que en los últimos meses varias salas de cine a lo ancho del territorio nacional hayan incluído las representaciones de ópera entre sus proyecciones -con un éxito notable, en muchos casos-, la "última moda" tecnológica, es decir, la emisión en 3D, desembarca en el espectáculo dramático-músical por excelencia.
La casualidad o el destino han querido que justamente en este año 2010, dedicado en Polonia a la celebración del bicentenario del más universal de sus músicos, se haya producido la muerte de Henryk Górecki, compositor que obtuvo, en pleno Siglo XX, un éxito popular comparable al del gran maestro Chopin.
En medio de los distintos actos en los que se homenajea el bicentenario del nacimiento de Frédéric Chopin, como el que tuvo lugar el pasado sábado en la madrileña Sala Triángulo -dónde la música del inmortal compositor polaco en clave de jazz sirvió de acompañamiento a un espectáculo de danza-, destaca el estreno previsto en otoño de una película, a caballo entre la animación y las imágenes reales, que tendrá al mediático pianista chino Lang Lang como protagonista.
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