Balance de Eurovisión 2010: agridulce
Ayer, como cientos de miles de personas a lo largo y ancho del globo terráqueo, estuve siguiendo por La Primera la retransmisión de la final del Festival de Eurovisión. Dejando aparte el bochornoso espectáculo que un energúmeno llamado Jimmy Jump ofreció a Europa (dando flaca publicidad a nuestro país), debo decir que el festival me sorprendió gratamente.