Crónica del Festival Castillo del Cante de Ojén (III)
Tras el éxtasis alcanzado gracias a la actuación de Miguel Poveda, llegó el descanso propio de un festival que se prolonga hasta bien entrada la madrugada pese a que, como dijera el de Badalona, 'eso ya no se lleva'. Tras aprovechar para tomar aire, puchero u otras sustancias, y ver desfilar a un buen número de políticos igual de ridículos ya llevaran trajes de alpaca antediluvianos o fueran en chanclas, llegó el momento del baile, a cargo de Sergio Aranda.