El Arthur Guinness Day reunió a Supersubmarina, Iván Ferreiro y Fuel Fandango en Madrid

El Arthur Guinness Day reunió a Supersubmarina, Iván Ferreiro y Fuel Fandango en Madrid

Escrito por: Francisco Reina   @AltFloyd    28 septiembre 2013     4 minutos

Como cada año desde 2009 la empresa Guinness organizó el pasado jueves el Arthur Guinness Day en medio mundo para celebrar la invención en el siglo XVIII de la cerveza negra que lleva su nombre. La edición 2013 llevó a Madrid a tres grandes nombres de la escena independiente nacional, quienes brindaron con pintas por Arthur Guinness y su legado. Supersubmarina, Fuel Fandango e Iván Ferreiro vistieron la noche de melodías, y Miusyk lo vivió para contároslo.

Ante varios cientos de personas congregadas en los jardines del museo de la fundación Lázaro Galdiano, sita en la madrileña calle Serrano, Iván Ferreiro fue el primer artista en saltar sobre las tablas. Presentó composiciones de Val Miñor-Madrid: Historia y cronología del mundo, su nuevo álbum, al tiempo que bromeaba sobre su miedo a las alturas y charlaba con los presentes.

Dos plantas sobre su cabeza se situaron sus dos compañeros a las cuerdas, asomados al balcón del edificio que hacía las veces de gran telón de fondo sobre el que más tarde, ya entrada la noche, se proyectarían luces al ritmo de la música. El gallego se mostró cercano a su público y hábil a los teclados. Besando su pinta de Guinness entre canción y canción, Ferreiro fue transportándonos a través de sus letras íntimas hasta orillas más conocidas, esto es, hacia temas de sus pasados discos.

Tras agradecer a la organización del evento su invitación y a sus músicos la labor desempeñada, el ex-Los Piratas se despidió de los presentes para dejar paso a Alejandro Acosta y Nita, más conocidos como Fuel Fandango. Pero antes se produjo un brindis multitudinario con Guinness bien fría: con un sonoro ‘to Arthur’ decenas de bebidas se alzaron hacia el ya oscuro y tibio cielo de la capital.

En esta ocasión el dúo, junto a su bajista y su batería, se situaron en el balcón correspondiente a la primera planta del museo Lázaro Galdiano, desde donde desarrollaron su peculiar fusión de música electrónica, funk y flamenco. La lejanía de los artistas se vio suplida por un genial juego de luces de colores que viajaban por la arquitectura de la elegante fachada, dotándola de vida propia. Todo un vistoso espectáculo digno de la creatividad musical que derrochan Fuel Fandango.

Pese a que en un primer momento el sonido no fue óptimo, enseguida se superó este pequeño problema y pudimos disfrutar de la bella voz de Nita en todo su esplendor con canciones como Monkey o Little pain. Con el cielo abierto sobre nuestras cabezas y las sombras de los árboles dibujando sombras cambiantes a nuestro alrededor, no podemos imaginar mejor escenario para que nos presentasen Trece lunas, su segundo trabajo discográfico.

Cual pareja real se despidieron desde el balcón Acosta y Nita (quien, por cierto, recibió múltiples halagos de parte de sus admiradores, a los cuales contestó con sonrisas y gestos de agradecimiento), mientras más abajo unas atentas y solícitas azafatas continuaban repartiendo cerveza Guinness a todo aquel que quisiera regar su paladar.

«Pequeña de las dudas infinitas… aquí estaré esperando mientras viva», comenzaron a cantar Supersubmarina, quienes momentos antes habían compartido espacio y copas con los que en ese momento se convirtieron en su público fiel. Daba comienzo así un concierto que en su primera fase se mostró acústico y cercano, con el vocalista a los teclados. Niebla, El encuentro o En mis venas fueron algunos de las temas desgranados por el cuarteto.

Ante un gran telón de fondo con siluetas de un concierto en el que figuras alzaban sus vasos (no tardamos en imitar la escena entre el respetable) los de Baeza interpretaron lo mejor de Electroviral (2010) y Santacruz (2012). Los asistentes se mostraron más activos y compactos en esta actuación, coreando los estribillos y cerrándose en las primeras filas.

Una actuación más que correcta de los andaluces, que convencieron de sobra y dejaron un muy buen sabor de boca, lo que mezclado con la frescura de nuestras cervezas completó una velada redonda, en la que la música más actual y de calidad fue la protagonista. Como puntos a resaltar hemos de mencionar el buen hacer de la organización, que cumplió sobremanera su cometido, todo funcionó como la seda: abastecimiento de bebida y comida, cambio entre grupos… sin olvidar lo excepcional del lugar escogido para celebrar el evento en Madrid.

Como sorpresa final los asistentes recibieron un pack con dos posavasos creados especialmente para el Arthur Guinness Day antes de internarse en calle Serrano, tranquila a esas horas de la noche, tras haber disfrutado de una tanda de conciertos en ‘petit comitè’. Así fuimos dejando atrás el museo Lázaro Galdiano y la impresionante pinta de Guinness negra que ilustraba una pancarta gigante, la cual cubría una de las torres del edificio. Satisfechos.

Galería fotográfica de los conciertos en este enlace.