David Gilmour y el polémico último disco de Pink Floyd
David Gilmour ha aclarado todas las dudas relativas al último disco de Pink Floyd. Sus declaraciones no te dejarán indiferente.
En declaraciones a Los Angeles Times ha indicado que The endless river (2014) no surgió de manera natural. «Durante la grabación, nuestro ingeniero Andy Jackson había reunido un material bajo el nombre de «The big spliff». Contenía una recopilación de las sesiones de The Division Bell (1994) que ya se habían editado en discos piratas. Muchos seguidores querían escuchar esos temas bien grabados y así lo hicimos».
No obstante, Gilmour y sus compañeros fueron obligados a recopilar todo eso en el mencionado último disco. Exceptuando el tema «Louder than words», que incluye a Gilmour cantando, el resto es instrumental y el álbum recibió críticas de todo tipo. «Supongo que mi error era dejarme acosar por la discográfica para editar un disco de Pink Floyd. Tendríamos que haber dejado claro que no era, bajo ningún concepto, la continuación del disco anterior, pero nunca es tarde para no caer en una trampa como esta en el futuro».
«Considero que el disco forma parte de nuestra historia y que ya está en el pasado. Más bien, sus canciones están destinadas a las generaciones futuras. Soy un viejo, me he llevado los últimos 40 años dando el callo contra la indolencia y la avaricia. Ya me he cansado de luchar» declara un Gilmour que ha conseguido bastante repercusión con la gira de su último disco en solitario.
A pesar de su pesimismo, remata indicando que lo de cobrar 400 millones de dólares por vender el catálogo de Pink Floyd ha sido «algo distinto. Cobré mi parte por adelantado, ya que esa cantidad es la que va a ganar la discográfica compradora en los próximos años. Lo negativo s que las discusiones, la idiocia y todo lo que ha pasado en estas últimas cuatro décadas con el grupo, los representantes y demás han terminado. Es una manera encantadora de decirle adiós a esa etapa».
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