Ryan Adams, detalles de su escándalo en Australia

Ryan Adams ha montado tal escándalo en Australia que se ha visto obligado a emitir un comunicado arrepintiéndose de todo lo sucedido.

A principios de mes, Adams tocó en Sydney y en Melbourne. En ambos conciertos terminó antes de tiempo y usó sus redes sociales para indicar que «Australia es el peor país del mundo para venir a tocar, gracias a vosotros voy a dejar de hacer giras internacionales». Los seguidores no tardaron mucho a reaccionar ante semejante burrada y las redes sociales ardían comprobando que el artista se había pasado algunos pueblos.

Pues bien, en su perfil de Instagram publicaba Adams lo siguiente: «lamento mucho lo sucedido. Reaccioné de forma desmedida tras ser repetidamente acosado por un troll que también se encargó de fastidiar a mi banda. El concierto estaba siendo precioso y yo me centré en la parte negativa. Ya borré mi mensaje porque me siento muy avergonzado y disgustado con mi propia actitud».

En su primer texto añadía que tantos flashes de las cámaras de los teléfonos móviles le iban a provocar un problema ocular. «El uso de flash de luces LED de los teléfonos suponen un fuerte contraste lumínico, ya que el escenario es como un foso de color negro. No sé cuándo me van a fotografiar. Si tengo un problema ocular y no se donde estoy y tampoco dónde está mi guitarra pues entro en pánico. Eso de «pelea o vete» se aplica aquí a la perfección. Te tienes que ir si no quieres tener un ataque. Eso me pasó ayer ante 2500 personas y me tuve que ir. Por eso, Australia es el peor país del mundo para tocar. No vengo más. Sois los peores y lo mejor es que sigáis copiando a los británicos y a los estadounidenses y no que os sigáis cociendo en vuestro propio caldo».

Tras su concierto en Auckland comentaba que «ha sido mi último concierto en otro país y me ha parecido fantástico. Insisto, que nadie use el flash de su teléfono en mis conciertos porque me puede dar un ataque. A Ian Curtis de Joy Division le pasaba lo mismo. A nadie le importa que todo esté lleno de señales que indiquen cómo tienen que comportarse. Cuando puse mi mensaje parecía que me refería a todo el país, pero no fue así. No estoy culpando a mi enfermedad, pero creo que el cebo para que la gente haga clic en una noticia es lo peor. Solo informan de cuando los músicos hacemos algo mal y no cuando lo hacemos bien. Llevo años en el rock tocando repertorios nada predecibles. Mantengo mi alma intacta».

Hace unos meses, Adams tocaba en Belfast y le dijo al público «parad los put** flashes. Os he avisado. Podéis matarme. Tengo epilepsia y el síndrome de Meniere. Que os jod**, no vuelvo a salir al escenario hasta que no dejéis de hacer fotos». Luego, tiró el micrófono al suelo y se marchó. Ya veremos qué sucede con Adams en el futuro.

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