Santiago Auserón – Nerantzi (crítica)
Santiago Auserón, en su permanente búsqueda de las raíces sonoras, llega a Grecia para adaptar diversos temas en compañía de Tzeretas y Karellas.

El regreso a lo básico, al formato de trío y a la ausencia de una exagerada instrumentación confirma, ya desde «El desdén», que en el álbum no tienen cabida ni los artificios, ni los cortes de relleno. El resultado no puede ser más exquisito.
Aparte de con el antedicho tema, hemos disfrutado con los fraseos jazzísticos de «Marea de alcohol», con la elegancia clásica de «Fedra» y con el encantador ritmo de «Batalla por la vida». La segunda parte del disco comienza con «El color del alma» en el que Santiago entona de forma distinta y recuerda a otros tiempos. Es «La espera» uno de los cortes más experimentales del disco al adentrarse en géneros como el jazz, pero sin olvidar la raíz mediterránea. A «Irenita», un tema que dibuja muy bien su paisaje sonoro, le sigue «Alborada en tono menor», una canción que has de paladear sin prisas y que trasmite una enorme pasión por la artesanía musical y por la elegancia. La acertada colaboración de Annie B. Sweet engrandece la calidad del tema. «Naranjo amargo» cierra el disco acertadamente al incluir todos los elementos arriba descritos.
El resultado es una nueva, y loca, apuesta de Auserón por seguir a piñón fijo con una manera muy concreta de ubicarse en la jungla musical. Que en pleno siglo XXI, ahora que están tan de moda las reuniones de grupos, prefiera seguir adelante con ideas tan íntimas como arriesgadas es algo que confirma que el músico está en estado de gracia desde hace años y que el reconocimiento masivo le da exactamente lo mismo. Que lo disfrutes.
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