La historia de Nothin’ to lose, el primer single de Kiss

La historia de Nothin’ to lose, el primer single de Kiss

Escrito por: David López   @FyDescritura    20 febrero 2024     3 minutos

Kiss debutaban en la música con un single que fracasó, pero que les ayudó a seguir forjando su propio estilo.

Kiss debutaban en la música con un single que fracasó, pero que les ayudó a seguir forjando su propio estilo.

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Publicado en febrero del 74, el tema de Simmons versaba sobre la sodomía, la letra dice «pensé en la puerta de atrás, y no sabía qué decir, pero cuando tuve un bebé seguí intentándolo, ella no quería, pero terminó aceptando».

Fue en el 71 cuando Simmons y el teclista Brooke Ostrander grabaron una maqueta con una versión de la canción. Cuando una discográfica les prometió un contrato si conseguían formar un grupo el dúo reclutó a Paul Stanley y a otros músicos más para formar Wicked Lester.

Paul y Gene apenas habían coincidido antes, pero como reconoce Simmons en el libro Behind the mask, «siempre pensé que era un tipo bastante pomposo y seguro de sí mismo». Es Paul el que responde sobre Simmons que «le odiaba». Sin embargo, ambos compartían tanto gustos musicales como determinación para conseguir triunfar en la música.

Epic Records debería haberse encargado de grabar el primer disco de Wicked Lester en 1972. «Nothin’ to lose» no se grabó, pero sí había otras versiones de temas como «She» o «Love her all I can». Que no se grabara el corte fue casi una bendición. La banda no tenía su sonido definido y tiraba más hacia el rock progresivo. De hecho, Epic renunció a publicar el álbum.

Gene reconocía que «ni Paul, ni yo estábamos contentos con el disco. Sonaba a música de la costa oeste. Decidimos abandonar y formar una nueva banda que se llamó Kiss». Reclutaron entonces a Peter Criss y a Ace Frehley que ayudaron a simplificar el sonido y a darle un aire más duro. Posteriormente, añadieron el maquillaje y el nombre ya conocido.

Tras mejorar su reputación y convertirse en imprescindibles en el circuito de Nueva York, se lanzaron a editar su primer disco en el que sí se incluyó «Nothin’ to lose». En el tema se aprecia la influencia del rock and blues y Criss, Simmons y Stanley comparten la parte vocal. Criss indicaba en su libro Behind the music que «crecí con Sam Cooke, Otis Redding y Wilson Pickett. Mi le dio esa pincelada soul a las voces de Paul y Gene. El tema me gustaba mucho».

Sin embargo, la canción no llegó a nada en las listas de éxitos y el disco tampoco. Tanto es así que Casablanca les obligó a grabar una versión de «Kissin’ time» de Bobby Rydell para una reedición del disco e intentar conseguir así aumentar las ventas.

Paul Stanley reconoce en su libro Face the music que «teníamos una sensación de camaradería entre nosotros. Comíamos, viajábamos, nos vestíamos y tocábamos juntos. En el escenario éramos una fuerza tremenda. Siempre tuve claro que seríamos estrellas». Tanto fue así que se embarcaron en una gira por Estados Unidos con su show. No explotó la banda hasta que editaron Alive! en 1975. El registro de «Nothin’ to lose», con una energética versión, suponía uno de los momentos álgidos del disco. El resto de la historia ya la conoces.


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