¿Cómo se grabó The last in line de Dio?

El álbum The last in line fue el primero de Dio en conseguir el disco de platino. Repasamos cómo se grabó.

Grabado en la primavera de 1984 en Caribou Ranch, en lo alto de las Montañas Rocosas (que se hizo famoso gracias a Elton John, quien nombró su álbum de 1974 con el nombre del estudio), las expectativas en torno al segundo álbum de Dio, The Last In Line, eran altas. El álbum debut de Dio, Holy Diver, estaba de camino al estatus de platino en los EE. UU. y la sensación en el sello discográfico era que con sólo unos pequeños ajustes el seguimiento podría ser enorme.

Por esa razón, los jefes del sello querían que el productor de Van Halen, Ted Templeman, supervisara la grabación. Ronnie James Dio, sin embargo, tenía otras ideas. «Lo habíamos hecho todo nosotros en Holy Diver, desde la producción hasta la promoción, incluso hasta la portada del álbum. Porque el sello no estaba interesado. Cuando esto tuvo tanto éxito, ahora todos querían participar en la acción. Bueno no. No iba a permitir que eso sucediera».

El cantante ya había decidido el título del disco, The Last In Line, por uno de los nuevos temas en los que estaba trabajando la banda y que Dio consideraba «la canción de rock clásico perfecta».

«Ya tenía la letra. Sin embargo, la música fue en gran medida una colaboración de la banda, al igual que en siete de las nueve pistas del álbum. Al guitarrista Vivian Campbell se le ocurrió la hermosa introducción de arpegio de 50 segundos, mientras que al bajista Jimmy Bain se le ocurrió un riff monstruoso» indicaba Ronnie.

La incorporación del teclista de formación clásica Claude Schnell también añadió otra capa gruesa al sonido del álbum. «Siempre fue mejor tener la pieza central del álbum en su lugar antes de que comenzara la grabación. Con la canción «The Last In Line», supe que teníamos eso» recordaba Dio.

Abriendo con uno de los mejores cortes rockeros de la época, «We Rock», escrito únicamente por Ronnie, para muchos fanáticos de Dio, The Last In Line sería considerado un logro aún mayor que Holy Diver. El álbum también terminó con una canción épica fundamental de Dio en «Egypt (The Chains Are On)», de casi siete minutos de duración. Esta vez los cuatro miembros originales recibieron el crédito de coautores, con Schnell en los teclados atmosféricos. ¿De qué se trataba? Bueno, para empezar, «la tierra del horizonte perdido», donde «la magia era fuerte y azul».

Otros temas destacados en un álbum cargado de momentos destacados de su carrera incluyen «Mystery», una de las canciones más pegadizas jamás grabadas por Dio, aunque su coro está veteado con versos sobre «una tormenta en el borde del cielo».

Cada pista estaba envuelta en una atmósfera: vientos del desierto, el aullido melancólico de un lobo, incluso el sonido de la respiración. Todo ello dio como resultado uno de los álbumes de metal más trascendentales de los años 80. Algo se reflejó en el hecho de que se convirtió en un gran éxito mundial incluso mayor que Holy Diver. Dio nunca volvería a ser tan grande, tan genial o tan heavy.

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