Jethro Tull – RökfFlüte (crítica)

Jethro Tull – RökfFlüte (crítica)

Escrito por: David López   @FyDescritura    22 abril 2023     5 minutos

Cuando ha pasado un año desde la edición de The Zealot Gene, Anderson regresa con un lanzamiento que ha generado algunas dudas.

Cuando ha pasado un año desde la edición de The Zealot Gene, Anderson regresa con un lanzamiento que ha generado algunas dudas.

La principal es que se trata del penúltimo disco de un compositor único. Y la secundaria es que los temores están más que justificados al pensar que este álbum va a sonar bastante al anterior. Te contamos ya todos los detalles. Por cierto, esta crítica es totalmente parcial y contraria a lo que hemos leído por ahí.

Jethro Tull Rokflote

«Voluspo»

La voz de Unnur Birna nos da la bienvenida a un corte que recuerda un poco a «Doggerland» de Homo Erraticus, pero con pasajes de flauta tranquilos y bastante trabajados.

«Ginnungagap»

Fue el primer tema que escuchamos del disco y ya encontramos muchas conexiones con el sonido del álbum anterior. Sólida estructura, buen trabajo de flauta y sonidos familiares donde no hay demasiadas dosis de riesgo. Es la continuación lógica de The Zealot Gene y, para variar, un single que no representa en absoluto la inmensa calidad de este trabajo.

«Allfather»

La melodía inicial recuerda a la de «Living in the past», aunque luego la fiesta aumenta con estrofas cantadas y con pinceladas folk mezcladas con rock duro (gran trabajo de Parrish en todo el disco). La flauta suena con rabia y sobre una base rítmica demoledora. Un temazo que no deja de emocionarnos al incluir elementos de otros temas clásicos del grupo.

«The Feathered Consort»

Las pinceladas de «Weathercock» son reconocibles. El guiño a otra etapa de la banda es evidente, pero no es una mirada al ombligo, sino la confirmación de que Anderson tiene un estilo propio que convence a los adeptos. Una vez más, las partes de flauta brillan a gran altura en otro de los cortes más potentes del disco.

«Hammer On Hammer»

Salió como tercer corte de adelanto y aunque la flauta predomina, sigue habiendo algunas partes que no terminan de convencernos a la primera. Afortunadamente, crece a medida que se escucha y, a buen seguro, se convertirá en uno de los que no falte en los directos del grupo.

«Wolf Unchained»

Es un corte de rock duro desde el principio con una flauta que incluye escalas marca de la casa y las técnicas de percusión bucal habituales. Pega fuerte el riff y también un desarrollo bastante acertado. Tiene cierto aire a «Locomotive breath» que la convierte en ideal para escucharla en directo. Gran final con guitarras dobladas y con la flauta en todo lo alto.

«The Perfect One»

El inicio es bastante folk hasta que la guitarra rompe el equilibrio. Una vez más, la voz va marcando el ritmo con bastante eficacia y el tema crece a medida que va avanzando. Agradable melodía vocal, cambios de ritmo y una banda que demuestra su solidez hacen el resto. Parrish demuestra su pasado más progresivo con una parte instrumental excelente.

«Trickster (And The Mistletoe)»

La jiga del comienzo nos trae a la memoria al tema «The whistler», los cortes en el ritmo son impresionantes en esta canción en la que se reúnen los mejores momentos de la década de los 70 del grupo. Nos llega a emocionar al combinarse también con el rock duro sin paliativos. Anderson bien podría dedicarse a contar su dinero, pero sigue lanzándose al vacío sin venderse a la comercialidad con joyas como esta.

«Cornucopia»

Otro de los grandes momentos del disco con esa melodía que recuerda ligeramente a «Pavane» y que se va desenvolviendo con maestría. Semejante gema tiene un ritmo pausado en el que cada miembro del grupo hace su función a la perfección. Sin duda convence a cualquiera que tenga sensibilidad musical y que adore la música del grupo. El cambio de ritmo es excelente con pinceladas de Heavy Horses.

«The Navigators»

Posiblemente, es una de las canciones que más recuerda a aquel Broadsword and the beast, pero con una producción más sobria y con menos derroche de energía. Encaja muy bien con el resto del rompecabezas y seguramente no faltará en los próximos conciertos del grupo.

«Guardian’s Watch»

La melodía de flauta inicial es un derroche de escalas y de técnica. El arranque tranquilo con clara influencia medieval rompe en un riff que recuerda al de «Hunting girl». Poco a poco, el tema va ganando en personalidad y diferenciándose para convertirse en otro de los cortes más sólidos del disco. Sin palabras.

«Ithavoll»

Finaliza la fiesta con una melodía también medieval y con toda la fuerza que la banda tiene capacidad de generar. Riff potente, teclados sugerentes, bajo y batería a tope y un Ian en estado de gracia se marcan un corte en el que regresa la voz de Unnur mezclada con la de Ian. Magnífico broche de oro que está a la altura de los cortes anteriores con pasajes instrumentales exquisitos que nos erizan la piel.

A cualquiera que le gustara The Zealot Gene va a disfrutar muchísimo más con este nuevo disco en el que se demuestra, en otra vuelta de tuerca, que es posible hacer rock progresivo con canciones de cuatro minutos. Solo queda un disco más para que se retire, pero mientras tanto el mejor compositor del siglo XX seguirá callando muchas bocas confirmando que es un genio que sigue a piñón fijo con su concepto de la música. Algún día podremos decir que pudimos verle en directo y que vivimos cada nuevo lanzamiento con la ilusión de cuando éramos niños. Larga vida a Ian Anderson y a Jethro Tull.


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